El debate es universal. Un joven criado en una gran ciudad piensa en emanciparse y se pregunta: ¿Qué es mejor, irme al extrarradio, donde podré comprar una vivienda amplia y cómoda, pero estaré alejado de mis familiares, trabajo y amigos, o quedarme en la ciudad, con todas sus comodidades, pero renunciando a muchos metros cuadrados de vivienda?
Para los que eligen esta segunda opción, que cada vez son más si atendemos a las estadísticas globales que nos cuentan que las ciudades crecen de forma exponencial mientras el entorno rural no para de despoblarse, ha llegado el “microliving”. En esencia, esta tendencia, que ha nacido en Estados Unidos, refleja, tal y como nos explican en revistainteriores.es, la idea de que el valor y la funcionalidad de una vivienda va más allá de su tamaño y sus metros cuadrados.
Porque los que finalmente deciden quedarse en la gran ciudad por lo que apuestan, aquello que priorizan por encima de cualquier otra cosa, es tener una buena conectividad que les permita disfrutar de su tiempo, estar en un lugar clave, céntrico, rodeado de aquello que es importante… cines, supermercados, restaurantes, amigos, familia…
Y para eso, una ubicación céntrica es esencial. Salvo el pequeño problema de que la casa de nuestros sueños, en una ubicación céntrica… cuesta más de lo que nos podemos permitir. Así que, para no renunciar al bullicio de la gran ciudad, lo que hacemos es reducir el tamaño de nuestros sueños, eligiendo casas pequeñitas y asequibles… Y ahí es donde entra el microliving, esta tendencia que nos enseña a aprovechar el espacio para vivir como condes es espacios de mayordomos. Veamos algunas características del microliving
– Una casa inteligente. Los proyectos de microliving se suelen caracterizar por integrar tecnología punta: dispositivos controlados por voz, espacios plegables, sistemas de iluminación vanguardistas y equipos de audio integrados forman parte de estas viviendas futuristas. Pero hay más. Un hogar inteligente también monitorea y purifica el aire y usa superficies y materiales naturales como madera y piedra para promover el bienestar.
– Áreas comunes para trabajar… y divertirse. Debido al actual nomadismo digital, lo que permite el trabajo a distancia, muchas casas se han convertido en oficinas… y viceversa. Lo que obliga a crear espacios multifuncionales que puedan acoger una mesa de despacho, por ejemplo, que después se convertirá en el lugar donde cenar cómodamente.
– El trampantojo al servicio de la comodidad. Definimos trampantojo como aquello que nos engaña a la vista. De hecho, viene de trampa ante el ojo. O lo que es lo mismo, una ilusión óptica o un juego visual. Pues bien, esto es lo que hacen muchos grandes diseñadores con las viviendas pequeñas que convierten en mil cosas distintas mediante, por ejemplo, sistemas de paredes correderas que aparecen y desaparecen creando diferentes estancias, cocinas totalmente escondidas o suelos elevados con almacenamiento debajo, por poner algún ejemplo.
– La toma de conciencia en el consumo… el minimalismo. Los convencidos del microliving hacen un análisis de nuestro estilo de vida y la cantidad de pertenencias materiales que vamos arrastrando en ella. Así, nos plantean una filosofía muy hilvanada al momento en que vivimos, porque nos anima a poseer menos cachivaches y a consumir de forma más consciente. Porque no nos engañemos: la cantidad de energía, sobre todo en forma de electricidad y agua, que necesitamos para vivir en una casa de cien metros es significativamente mayor que la que nos pide un espacio pequeño.
Si empezaste con esto de los espacios pequeños por necesidad, pero has empezado ya a tomarle el pulso, no podemos por menos que recomendarte ponerte en manos de profesionales como los de Lumasa Proyectos, que te ayudarán a desarrollar las ideas que necesitas para potenciar el espacio en el que desarrollas tu vida.
Y una recomendación más: el canal de youtube “Never too small” (nunca demasiado pequeño), se ha convertido en una fuente de inspiración constante. En su contenido hay vídeos con cientos de pequeños y bellos espacios que van desde los 15 hasta los 60 metros cuadrados y que, incluso en muchos casos, han sido diseñados por interioristas y arquitectos galardonados en distintas partes del mundo.
Este canal es una constante inspiración para descubrir trucos perfectos para desenvolvernos en un espacio mínimo. Su filosofía es que las ciudades deben avanzar gracias al diseño, la planificación urbana y la regulación. Y que debemos saber que vivir en un pequeño apartamento no tiene por qué significar vivir en un zulo sin ventana. Quiere decir que, viendo como están las cosas, quizá deberíamos penar en centrar nuestros esfuerzos en hacer perfectamente habitable un espacio modesto en el que sentirnos de veras a gusto, que en pasarnos media vida rabiando al curiosear hogares inasumibles para la inmensa mayoría como los muchos que vemos en idealista.
Así podremos, quizá, avanzar como sociedad, dada la imparable tendencia al crecimiento infinito de las grandes ciudades.
