Proyectos de interiorismo naturales. No podemos negarlo. En más ocasiones de las que nos gustaría, vemos plantas artificiales “decorando” rincones oscuros de casas u oficinas, u ocupando espacios que bien podrían estar dedicados a otro tipo de elemento que no necesitara vivir de la imitación. Generalmente las excusas para elegirlas suelen ser: “estas no tienen bichos”, o “se cuidan solas”. Definitivamente, y aunque respetamos los gustos de cada cual, consideramos que reducir a una copia de cerámica o cualquier otro material algo tan puro y natural como una planta, no es una buena idea.
No obstante, hay que reconocer que esa tendencia tiene cada día menos adeptos, y que de un tiempo a esta parte, la inmensa mayoría de nuestros mejores diseñadores de interiores apuestan de forma unívoca y contundente por la decoración natural, que tratan de convertir en corriente “mainstream” en una apuesta por lo “auténtico”, como nos dicen en Lumasa Proyectos, empresa de interiorismo en Madrid con más de dos décadas de experiencia.
Las plantas, nos explican, son, por supuesto, los elementos naturales que mejor sirven para recrear espacios frescos, coloridos y orgánicos. Es que, de forma literal, añaden vida al espacio en el que se encuentra. Pero hacen muchas cosas más: purifican el aire, mejoran la energía vital del hogar desde una perspectiva visual y también emocional… No podemos negarlo, las plantas son parte esencial del interiorismo de una vivienda.
Así las cosas, los proyectos de interiorismo que utilizan elementos de decoración basados en plantas naturales, deliciosamente llamadas por algunos “esculturas naturales”, han sufrido una reciente explosión, dándose lugar la aparición de ideas realmente creativas que vamos a compartir en este artículo.
Verticalidad
Biofilia. Una palabra que se traduce en el desarrollo de jardines verticales, o en la incorporación en cada rincón de la casa de nuevas y más frondosas pantas. Buscamos incluir en nuestros espacios elementos de la naturaleza que evoquen atmósferas exteriores. Siempre hemos oído, respecto a los estampados de rayas, que lo vertical estiliza. Pues en este caso, más de lo mismo. Las plantas de tallo alto, o las que van colgadas de las paredes, son grandes amigas si intentamos ganar altura en la percepción del espacio.
Así que los jardines verticales seguramente contarán con un ficus, palmera, mostera, ave del paraíso, o incluso tu propio limonero… Ellos, mucho mejor que las lámparas de pie, harán el contraste entre lo vertical y la horizontalidad de tus muebles.
Otra modalidad de planta vertical la forman las colgantes. Estas, igual que las plantas de tallo alto, permiten ser colgadas a distintas alturas para dar una nueva dimensión a nuestro espacio. Quien apuesta por estas plantas colgantes suelen hacerlo a lo grande, poniéndolas en algún rincón relevante del salón, si puede ser cerca de espejos, que multipliquen la percepción, mejor.
En las mesas
Una mesa de centro puede ser un lugar desde el que distribuir el espacio… o la acumulación de caos si la convertimos en el sitio donde dejamos cosas que no sabemos qué hacer con ellas. Para estos casos, nada como una planta -pueden ser perfectamente flores, aunque estas hay que cuidarlas más y solo mostrarán su auténtica belleza durante cortas temporadas- para ayudar a organizarnos.
Por supuesto, estas plantas podrían competir con las lámparas de mesa, que suelen ser encargadas de la misma función de organización y disuasión. En Lumasa, interiorismo en Madrid, especialistas en proyectos de interiorismo naturales, recomiendan, de hecho, intentar hacer lo contrario: mezclarlas, combinarlas, hacer que parezcan parte indisoluble las unas de las otras.
El efecto selvático
No siempre, pero hay ocasiones en las que no funciona la máxima de que “menos es más”, sino más bien la contraria: cuanto más, mejor”. Es lo que le ocurre a algunos espacios, amplios, con mucha luz natural… Estamos pensando en rincones de lectura, o en patios interiores que pueden aparecer a primera vista carentes de vida, desangelados…
Si en estos lugares apostamos por crear nuestra pequeña selva, combinando plantas más altas con otras más pequeñas, creando un ambiente frondoso y fresco… El efecto puede ser de una belleza demoledora, capaz de recordarnos la exuberancia de un entorno natural.
La mezcla de colores
Y, a todo esto, no podemos dejar de prestar atención al contraste cromático que se produce en un espacio en el que hagamos contrastar el verde de las plantas con los tonos elegidos para los muebles. Sofás, mesas, armarios de colores crudos se ven potenciados y ensalzados por las tonalidades verdes de nuestras plantas. Y este balance cromático puede potenciarse más si añadimos a nuestros muebles tonos rojizos o anaranjados.
En definitiva, es evidente que, de entre todas las técnicas vigentes – y créannos, son muchas- para apostar por modernos y funcionales diseños de interiores, las que cuentan con el apoyo del interiorismo natural son tanto más demandadas por la sociedad como ofrecidas por los expertos en diseño de interiores que conocen todos sus beneficios.