Si lo pensamos con atención, casi podríamos decir que era inevitable.
1. La madera es orgánica, cuestión esta de vital importancia ahora que nos estamos rompiendo la cabeza para ver cómo hacemos desaparecer de la tierra los millones de toneladas de plástico que acumulamos por doquier.
2. La madera es resistente, cosa que teníamos clara porque nuestros ancestros, desde hace largos años, nos demostraron que había muebles de castaño, roble o arce, por poner algunos ejemplos, capaces de aguantar decenas de obsolescencias programadas.
3. La madera es estética, como lo es cualquier cosa que, lejos de desarrollar en laboratorios, le tomamos prestada a la naturaleza. Su color, su textura después de pasar por las manos de un carpintero sabio, su calidez… No hay plástico o metal que pueda batir eso.
4. La madera es fácil de combinar, y aunque nos encanta imaginárnosla rodeada de plantas en espacios abiertos y luminosos, puede ser complemento de decenas de otros materiales y darle un toque de distinción a cualquier estancial.
5. Y, por último, la madera ayuda a climatizar de forma natural los ambientes en los que se sitúa, y eso, en los tiempos que corren, con este galopante cambio climático aporreando las puertas del drama en nuestra civilización, no puede ser más esencial.
Así que sí. Desde luego. Si tienes que hacer una obra de decoración o de diseño de interiores, o si vas a construir una vivienda nueva… Apuesta por la madera. No te vas a equivocar, y, además, en estos tiempos que corren podrás decir que estás subiendo a la ola de la modernidad. Porque todo el mundo está apostando por la madera. Cada vez más.
Y no nos referimos solamente a España, que también. Es que son muchas las culturas, algunas muy vinculadas a la vanguardia en el diseño, las que hacen una apuesta decidida por la madera como elemento de diseño exterior e interior.
Por ejemplo, el diseño nórdico, que ha empezado a apostar, incluso, por paredes recubiertas por tablas de madera que generan una inspiración natural. Además, consiguen mantener cálidas las estancias en invierno, y frescas en verano, ahorrando en gasto energético.
También es una garantía del uso virtuoso de la madera la decoración de inspiración oriental. Sociedades estresadas y salvajemente trabajadoras como la japonesa encuentran, en su vuelta a casa, un lugar de paz en sus hogares construidos con maderas de alta calidad.
Otra vertiente del diseño que está indisolublemente unida al uso de la madera es el estilo rústico, donde priman las maderas envejecidas, nobles y en combinación con elementos “vintage” como piedras de largo uso o herramientas antiguas. En este caso son inevitables los tonos marrones oscuros y ocres, ya que hablamos de maderas de teka o de roble, con las que tratamos de evocar ambientes naturales sin salir de casa.
Por último, debemos citar el estilo clásico, largamente influenciado también por la madera. Y aunque en muchos ambientes parece que lo clásico suena a viejo y a superado, no lo es para nada, y todavía tiene mucho público. Aquí se combinan muebles de maderas nobles con techos de escayola, tapizados de cuero, suelos de mármol o llamativas telas.
En definitiva, podemos decir, tras este breve repaso a las virtudes de la madera y a los distintos estilos que se centran en su uso como elemento de identidad de primer orden, que, en realidad, siempre ha estado de moda, solo que ahora está teniendo un boom debido a una reinvención creativa de la mano de jóvenes talentos o grandes firmas, como Lumasa proyectos, que la han adaptado a nuevos ambientes y a públicos de menos edad.
Decía Víctor Hugo: “Podría haber derretido un corazón de piedra, pero nada puede hacer por derretir un corazón de madera”. Y qué poco se equivocaba. Porque, ¿saben qué? Que la palabra madera viene del latín “materia”, formado por mater (madre) e “ia” cualidad. Así que esta cualidad madre, como decimos, ha acompañado a la humanidad desde miles de años atrás y continúa siendo un imprescindible.
La madera habla de reconectar con la naturaleza, de calidez, de amabilidad, de llevar el entorno al interior de los templos que son las viviendas. La madera es una compañera de la vida… Y como tal, tenemos que cuidar de ella. En la revista Arte y Decoración nos hablan de los tres tratamientos esenciales, según el árbol del que proceda, para hacerla perdurar:
1. Limpieza. El consejo que nos da la revista es la combinación de aceite de oliva y limón, que podría aplicarse usando un cepillo de dientes viejo en las áreas difíciles de alcanzar, y toallitas en las superficiales.
2. Barniz. Si piensas dar una vida a los muebles, el barniz más recomendable es el de agua, ya que es fácil de aplicar y el resultado es más que satisfactorio. Sin embargo, los muebles de exterior requieren un barniz sintético que proteja la pieza de los rayos de sol y la lluvia. Para limpiarlos, en este caso, se recomienda una mezcla de agua y jabón neutro.
3. Protección contra el sol. Sobre todo, si hablamos de madera exterior, lo mejor es cubrirlos con telas, si no queremos que se decoloren y pierdan su acabado. Como alternativa, la opción más cómoda consiste en aplicar barnices específicos para reforzar su durabilidad y su presencia física.
