Estilo minimalista
«Menos es más» es el lema que define el minimalismo pero… ¿Qué es el minimalismo?
El estilo minimalista se define como una corriente artística que utiliza únicamente elementos básicos, es decir, es la tendencia de reducir al máximo los elementos, buscando la funcionalidad y la brevedad a partir del menor número posible de objetos.
El origen se remonta a principio de la década de los 60 en Nueva York, a manos del arquitecto alemán Ludwig Mies Van Der Rohe, uno de los arquitectos más importantes de este siglo.
Ludwig Mies Van Der Rohe elaboró este estilo a raíz de su cargo de dirección en la Escuela de Arte y Diseño de la Bauhaus, en Alemania. Su meta era lograr una arquitectura simple y universal, y en la década de los 70, el minimalismo alcanzó su madurez.
No solo es un movimiento arquitectónico y decorativo, también influyó en la moda, la música y la pintura.
Y hoy en Lumasa, queremos hacerte conocedor de este estilo y de los beneficios que puede aportarte.
Claves del estilo minimalista a la hora de la decoración:
El pilar fundamental a tener en cuenta, son los elementos arquitectónicos, ellos son los protagonistas en este estilo. Muchas veces pasamos por alto este elemento, pero es el que más juego puede dar a la hora de decorar tu hogar.
A la hora de elegir muebles, lo que se busca es la utilidad. Esto no quiere decir que vivamos con 5 muebles, sino darle prioridad a lo que realmente necesitamos y olvidarnos de elementos innecesarios y complicados.
Los almacenamientos ocultos son nuestros grandes aliados en este tipo de decoración, un canape, un armario escondido tras un espejo o incluso el hueco de la escalera es un buen lugar para almacenar objetos de una manera discreta.
Los espacios vacíos y los espacios abiertos son importantes, por ello tenemos que elegir bien los elementos para conseguir un buen equilibrio. Los espacios tipo loft, de techos altos, y este estilo coordinan a la perfección.
Una forma de añadir pequeños detalles de decoración que no sea nocivo en esta tendencia serían las plantas y las flores, pero siempre sin excedernos.
La decoración de estilo nórdico es un acierto, debido a su funcionalidad, elegancia y sencillez. A la hora de elegir un mueble, piensa en formas básicas, cuadrados y rectángulos, esto evitará darles demasiada importancia.
Y otro de los puntos fuertes de este estilo es la luz. Si disponemos de grandes ventanales no cubrirlos sería lo ideal, y en el caso de querer hacerlo, jugar con estores o cortinas blancas sería lo idóneo.
Colores y texturas:
Los colores imprescindibles en este estilo son los colores neutros (blanco, negro, gris, crema, beige, y los tonos marrones y tierras).
Las gamas de colores a utilizar deben ser monocromáticas, es decir, tonos que no se diferencien mucho entre sí.
Si quisiera incluir algún otro color para darle una visión distinta a este estilo o crear un pequeño contraste, opte por colores claros como el azul y el verde.
Las texturas como la madera, el mimbre, la piedra, el cemento y los elementos arquitectónicos aportan calidez a la estancia y contrastes naturales. La mezcla adecuada de estas texturas provoca la sensación de una estancia acogedora y elegante.
En cuanto a telas, debemos renunciar a las telas estampadas y de colores llamativos, y optar por telas lisas de colores claros.
Primeros pasos para llevar una vida minimalista:
- Elimina todo lo que no necesites, deshazte de cosas innecesarias como ropa en exceso, muebles u objetos que realmente no necesitas.
- Aprende a decir no al consumismo, compra lo que verdaderamente necesitas y no te dejes caer en las garras del consumismo.
- Ordena todos los aspectos de tu vida, este estilo compagina muy bien con las personas a las que les gusta el orden y con aquellas que buscan un equilibrio.
- Digitaliza, de este modo podrás seguir guardando recuerdos, como fotografías, sin almacenarlas en físico provocando la acumulación de objetos.
- Valora tu tiempo, conecta contigo.
Beneficios del estilo minimalista:
- Consumo Responsable y sostenible. Es una buena forma de contribuir al medio ambiente, comprar menos reduce el impacto en el planeta y esto hará que nos sintamos mejor con nosotros mismo.
- Reducción del estrés. Los espacios desahogados dan sensación de amplitud y calma.
- Tiempo libre. Cuantas más cosas tenemos, más tiempo empleamos en ocuparnos de ello.
- Productividad. Tener el ambiente despejado favorece a la concentración y ayuda a ser más rápidos en nuestras tareas.
- Espacios funcionales. Aprovecha los elementos arquitectónicos de tu hogar y conviértelo en un espacio simple y acogedor.
- Liberación. Libérate de cosas que no necesitas y que ocupan espacio innecesario en tu vida.
- Limpieza. Las tareas de limpieza y orden, serán mucho más sencillas y rápidas.
- Ahorras dinero. Al comprar con menor frecuencia y sólo objetos esenciales, reduces notablemente el gasto innecesario.